viernes, 18 de diciembre de 2009

FILOSOFÍA Y REGIÓN. LA RAZÓN Y LA FE.



Iniciamos una nueva etapa en la Historia de la Filosofía. La aparición del Cristianismo va a suponer un cambio radical en el concepto de lo que sea filosofar.
Primero, debo aclarar qué entiendo por cada una de ellas. Partimos de una semejanza: ambos caminos son, esencialmente, una experiencia vital. No hablamos pues de la Filosofía como un mero cuerpo doctrinal que afirma unas premisas de las que deduce algunas conclusiones, ni de la religión como un simple conjunto de normas para alcanzar el cielo. Lo que ambas creo que tienen en común es lo que Ortega describía como 'creencia': una idea capaz de poner en marcha una existencia. Es decir, una convicción profunda que acaba afectando radicalmente a nuestra forma de vivir, de entender la vida y de organizar los valores de nuestra existencia.
Por las distintas formas de relacionar ambos ámbitos, podemos hablar de dos caminos básicos.Uno es la de la complementariedad: aun haciendo referencias  a realidades diferentes, ambas pueden complementarse porque son actividades del mismo sujeto: el ser humano. Frente a este camino, encontramos el de la oposición entre ambas, una oposición que pasa por la negación de la otra.
No es este el lugar para dirimir la cuestión, pues tampoco es la pretensión de este comentario. Estos dos caminos los trazan los primeros creyentes como puedes comprobar en el tema 4.

Comenzamos con el estudio de San Agustín que nos va a colocar ante uno de los intentos más conseguidos en la unión entre fe y razón. En este caso, con Platón. Su importancia aún se descubre en nuestros días.

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